1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. 4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales
Génesis 3:1-7
Y así concientes de nuestra desnudez y de nuestra vida misma, quedamos llenos de hoyos en la existencia, faltos de la completitud que ofrece la ignoracia de todo, fuimos llenandonos de vacíos al hacer conciencia de nuestra existencia. Con el tiempo cada ser humano llena sus vacíos con certezas, se aferra de ellas, les llama conceptos, valores, verdades... en este tipo de certezas se encuentran la amistad, el amor, la familia, la ciencia. Cómo no llenarse si uno se siente vacío. Como no acompañarse de otro, ser vivo.
La necesidad de vivir con la certeza de algo, me llevo a adoptar a mi Gato, Zizek, lo nombre como el Filosofo sloveno, porque me pareció gracioso, por que Julio Cortázar tuvo un gato llamado Theodor W. Adorno, por que los gatos de Monsivaís eran chistes ingeniosos, porque no tenía otra cara.
Pensé que mi gato iba a vivir conmigo mucho tiempo, los gatos pueden vivir hasta 16 años, pueden ser de gran compañia y hasta terapeúticos. De mi gato nunca espere más que su presencia, cierta en mi vida, nunca me exigió más que caricias, alimento, buen trato. ¿Sabian que el ronronear de los gatos demuestra su afecto?, que es su muestra de afecto más pura, porque es el primer sonido que escuchan, que sienten, de parte de su madre; siempre amé sentir el ronroneo de mi gato al llegar a casa.
Ahora se fue. Y deja en mida un hueco por que ya no es cierto que llegaré a casa y sentiré su ronroneo en mi regazo. Adios Amigo
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